lunes, septiembre 04, 2006

HIMNO


I
Pedí que pudieras sentarte
en este rincón de polvo junto a mi mesa
para contarte los secretos, espesos,
que provoca tu olvido
para olvidar contigo
los miedos añejos
que tiene el recuerdo

(...Para ser sincero contigo
derramé tu sangre espesa
en agua tibia
y perforé en una noche oscura
la dentadura blanca
de tus versos cantados
y me recosté en una alfombra de viento
que no supo de tu nombre...)

Quisiera contarte que
en el amanecer de mi niñez
te dibujé en la punta
más dura de mi brazo
y ese fantasma
con el que retoqué
tus figuras en la madera delgada
es todo lo que en este viento duro
puedo entregarte
porque nosotros y los que
en ese momento vivíamos en puntillas
no hemos podido entregarte otra cosa más
que la vergüenza de tu recuerdo dominical

...Este lirio violeta
que guardo en mi mano
es un encargo marchito
que dejó la tristeza
una torpe manera
de hablarte del tiempo...

Con él espero que olvides mi olvido
mi caminar tranquilo por calles de espanto
mi dormir soñando con niños y amores
y mi abrazar desnudo
al acero que templó el silencio

II
Quise recorrer la figura celeste
que dejaste escrita en un muro dormido
que hoy se olvidó de tu noche
y abrigar con fuerza a un niño alejado
en su mañana de humedad

Quise maldecir con la noche
y putear las ventanas
y alejarte de una carroza
y llorar y volar
y ser mariposa en tu canción

pero sólo me salió el olvido...
...el triste y espantoso olvido

III
En un intento por traslucir tu canción
retocaré tu escenario de vidrio

para alumbrar una mañana
que no ha querido nacer
hasta que cantes con esa voz de mármol
que sabe de nombres
y de palabras que tienen dolor

palabras como alameda o estante
como traición o desamor
o como tu nombre guitarra

Y en eso pedí que estuvieras aquí
para que acompañaras
mi soledad que vale unas hojas
para dejar en silencio
los himnos de tu nombre
y agarrarme de tu mano
cuando el miedo se nos muera
y se nos mueran las lágrimas
y se nos mueran los muertos

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