lunes, octubre 13, 2008

Canción de la mañana

Las noches de estos días
han tenido su luz propia y su hermosura,
y a todas las noches de estos días
les asiste una música de tambores y trompetas
que hacen que todo se mueva mientras suenan.

Tu llegada fue esa canción alegre
que ahora escucho en cada esquina
y agradecerlo es lo único que me queda
para tanta inmerecida bendición.
Para tanta palabra hermosa encontrada en la garganta,
para tanta tranquilidad pintada en las paredes después de cada despedida,
para tanto abrazo encargado al viento.

Todavía no se que otra invitación terrible
nos haga la señora que teje la vida,
ni se que pregunta indiscreta
nos tenga el señor que tapa los hoyos del camino...
y la verdad ya no espero
que nos interrumpan con su augurio de viejos.

Prefiero decir que encontrar tu ventana en la mía
y estar contigo mirando esos nombres
y esas luces
y ver crecer contigo esos árboles
que tenían hojas grandes y frutos sabrosos,
es todo lo que necesito en esta vida
que derrite mis huesos.

Tu llegada ha sido una fiesta,
una canción alegre que me desgasta el sueño
y me promete palabras...
muchas palabras
que tengan sabores y colores
y sean grandes y pequeñas
que asusten y que abriguen.

Esa promesa me basta
Y con ella quiero quedarme celebrando
La hermosa llegada de tus noches
Y esperando el día que decidas
venir y desempolvar mi corazón revolcado

decidas venir y contigo traigas
un gorro redondo y una blusa de arena
una voz de mimbre y un cielo celeste

1 comentario:

Anónimo dijo...

espero que cuando ella decida ir, la cocina esté sanita...