domingo, octubre 26, 2008

A dónde cree que va

LA ESCENA TRANSCURRE EN LA ENTRADA DE UN SUPERMERCADO. ES LA TARDE DE UN DÍA NUBLADO DE INVIERNO, ELLA ESTÁ VESTIDA CON EL UNIFORME DE LAS CAJERAS DEL SUPER. TIENE APROXIMADAMENTE 25 AÑOS, PELO LARGO COLOR CASTAÑO OSCURO, EL PELO LO LLEVA GENERALMENTE ARREGLADO POR UN CINTILLO. TIENE UNA CARA INFANTIL QUE POCAS VECES RÍE Y UNA MIRADA DE TERNURA, SUS MANOS SON LARGAS Y SUAVES.
LA ESCENA COMIENZA CUANDO ÉL SE ACERCA A ELLA, ES UN ESTUDIANTE UNIVERSITARIO DE 23 AÑOS, DELGADO, VISTE PANTALÓN DE TELA, ZAPATILLAS CAFÉ Y UNA CAMISA CLARA A CUADROS. USA ANTEOJOS Y EL CABELLO LARGO. LLEVA UN GIRASOL EN LA MANO Y SE LE VE NERVIOSO.

ÉL
Sucede que no la conozco, tampoco sé cómo se llama. No sé dónde vive ni cómo lo hace y podría apostar que usted tampoco me conoce a mi, pero sé perfectamente que cada día llega a este supermercado entre 3 a 5 minutos atrasada. Toma su puesto mientras saluda a la compañera de ese lado y mientras revisa su máquina de registrar y se acomoda en ese asiento contra el que cada día reclama por su incomodidad y sus colores de supermercado. Sé que no ríe fácilmente, pero sé que cada vez que lo hace su cara lo ilumina todo... no puedo decir muchas cosas seguras sobre usted, pero cada vez que la veo puedo adivinar que aún sigue siendo una niña que sueña y que se asusta. Que cada noche llega a su casa cansada y en silencio preguntándose por la vida que siempre se prometió que tendría. Yo no la conozco, pero adivino lo que usted soñaba cuando aún usaba trenzas y se arremangaba los vestidos. Entonces usted quería tener una casa pequeña pero hermosa con un jardín y un árbol pequeño... y sé también que una vez soñó con que alguien, cualquiera, un día, casi sin conocerla se le acercara sin hacerle preguntas y le dijera que quiere estar todo el tiempo con usted porque ha soñado todo el tiempo con sus ojos y se que usted siempre espero esta flor que ahora tengo en mis manos.

ELLA
(No contesta nada y recibe la flor sin poder dejar de mirarlo, se pone de pie, toma su mano y se va con él fuera del supermercado mientras sus compañeras, los clientes que conforman una gran fila ya, y un supervisor del supermercado los siguen con la mirada sin poder decir nada. Solo este último (el supervisor) logra decir algo cuando la pareja ya está fuera de escena)
SUPERVISOR
Señorita¡¡ a dónde cree que va?

miércoles, octubre 22, 2008

Tenís fósforos?

SANDRA
Hola ¿Tenis fósforos?

JORGE
(SORPRENDIDO) ...Sí claro (SACA LOS FÓSFOROS, INTENTA PRENDER EL CIGARRO, PERO SE EQUIVOCA Y AL VOLVER A INTENTARLO ADEMÁS SE QUEMA EL DEDO, LO QUE PROVOCA LA RISA DE SANDRA).

SANDRA
(DESPUÉS DE UN RATO DE REIRSE Y COMPADECIDA DE JORGE) lo prendo yo?

JORGE
Bueno (LE ALCANZA LA CAJA DE FÓSFOROS)

SANDRA
(TOMANDO LA CAJA Y ENCENDIENDO SU CIGARRO) Prueba culiá! me dejó cansadísima! (SE SIENTA EN LA MESA DE JORGE) Era una pura pregunta!... estuve dos horas tratando de contestar una hueona pregunta.

JORGE
Hola, me llamo Jorge

SANDRA
Hola yo soy la Sandra

JORGE
Así que te fue mal en la prueba

SANDRA
Mas o menos. Lo bueno es que todavía me queda medio año para recuperarme... Y tú no has tenido prueba?. Qué estudiai?, no te había visto por aquí.

JORGE
Es que soy nuevo, vengo de Santiago. Más rato voy a convalidar ramos

SANDRA
Viste! Yo sabía que no erai de aquí.

JORGE
Sí, y tú? Copiapina? O también soy de afuera

SANDRA
Casi, soy de Vallenar, pero estoy estudiando aquí desde que entré al liceo, así que ya me siento copiapina, llevo seis años en copiapís… cachai Vallenar?

JORGE
(distraido y mirando en distintas direcciones) Sí… o sea no mucho, es que una vez pasé por ahí, iba de viaje.

SANDRA
Yo no conozco Santiago, debe ser choro vivir ahí. Oye y por qué mirai tanto? buscai algo?

JORGE
No, es que necesito convalidar ramos…

SANDRA
Ah, eso es en Asuntos Estudiantiles

JORGE
Sí parece

SANDRA
Si querís yo te acompaño

JORGE
Ya, regio!

SANDRA
Cuando me fume el cigarro si pu

JORGE
Sí claro... Cómo dijiste que te llmabai?

SANDRA
Sandra… Sandra Navarro ( le tiende la mano) y tú?

JORGE
Jorge Gajardo (le da la mano) mucho gusto, gracias por ayudarme

SANDRA
Pero si todavía no te ayudo, espérate a tomar los ramos y después me agradecís



(Del Guión "21 años La Historia de Guillermo Vargas")

sábado, octubre 18, 2008

Me pidieron que llevara algo que me definiera

Lo que decidí traer hasta aquí es un disco compacto, un cd, este disco trae, grabadas en su interior, canciones diversas. Una cueca hermosa y porfiada junto a un rock progresivo y ruidoso; una canción pachanguera y bailable y una melodía profunda y solitaria, en él cantan tanto la hermosa Violeta y su voz de loica como el punzante Sach de la Rocha y su protesta furiosa. Sentí que eso que puse ahí me representaría, no sólo en lo que soy sino también en lo que siempre me he empeñado en ser. La variedad allí mostrada simboliza, de alguna manera, la multiplicidad de cosas que yo soy y que me definen.
Mi distraído andar por la vida y la mirada atenta que doy a quien me habla, la canción alegre que vierto en la guitarra y la letra serena que busco en los cuadernos. Soy eso, la fe y la duda, la tierra y el agua y disfruto del sol que despunta el verano y de la lluvia en su visita lejana de invierno, el verde despierto de flor y rocío y el cerro desierto con su mancha de oro y de cobre. Y soy así porque así me parió la vida en este desierto que florece en su sequedad.
Pero también soy así porque yo lo he querido, porque al ser de tantas cosas y estar en tanta gama de vidas y cosas he entendido que los otros son otras canciones y que todos cantan. Y aceptar es lo que quiero en la vida.
Aceptar al otro, reconocerlo en lo que hace y en lo que és, y aprender del otro. Diez años atrás habría usado el verbo tolerar pero esa palabra ya no la uso. Tolerar es aguantar lo que no se quiere lo que no se entiende ni se valora pero que se aguanta para tener otras cosas. El mal olor se tolera, la injusticia se tolera.
Yo quiero aceptar a los otros y a las otras, reconocerlos en lo hermoso y simples que son y salir a la calle y a las plazas, a las escuelas y en los bancos a decir que la tierra es grande y en ella cabemos todos.
El disco que fui llenando tiene 700 mb de capacidad y en algún momento dejó de aceptarme canciones y eso también soy yo.
Porque en mi arrogancia y poca luz hay canciones que no acepto, hay palabras que no tolero. Ellas son la de la violencia y el racismo, la de la indiferencia y de la muerte, la de la intolerancia y el pesimismo, la del absolutismo y la tiranía.
Este es el disco entonces de la aceptación, grabado en los estudios del quiero aprender de todos y de todas, presentado a ustedes como lo que representa a esta amalgama que tienen enfrente y que se llama Juan Manuel.

lunes, octubre 13, 2008

Canción de la mañana

Las noches de estos días
han tenido su luz propia y su hermosura,
y a todas las noches de estos días
les asiste una música de tambores y trompetas
que hacen que todo se mueva mientras suenan.

Tu llegada fue esa canción alegre
que ahora escucho en cada esquina
y agradecerlo es lo único que me queda
para tanta inmerecida bendición.
Para tanta palabra hermosa encontrada en la garganta,
para tanta tranquilidad pintada en las paredes después de cada despedida,
para tanto abrazo encargado al viento.

Todavía no se que otra invitación terrible
nos haga la señora que teje la vida,
ni se que pregunta indiscreta
nos tenga el señor que tapa los hoyos del camino...
y la verdad ya no espero
que nos interrumpan con su augurio de viejos.

Prefiero decir que encontrar tu ventana en la mía
y estar contigo mirando esos nombres
y esas luces
y ver crecer contigo esos árboles
que tenían hojas grandes y frutos sabrosos,
es todo lo que necesito en esta vida
que derrite mis huesos.

Tu llegada ha sido una fiesta,
una canción alegre que me desgasta el sueño
y me promete palabras...
muchas palabras
que tengan sabores y colores
y sean grandes y pequeñas
que asusten y que abriguen.

Esa promesa me basta
Y con ella quiero quedarme celebrando
La hermosa llegada de tus noches
Y esperando el día que decidas
venir y desempolvar mi corazón revolcado

decidas venir y contigo traigas
un gorro redondo y una blusa de arena
una voz de mimbre y un cielo celeste

martes, octubre 07, 2008

Los de antes son los de siempre


Aquí los tienen, presentes después de 19 años en los que los nombres se encontraron y se inventaron, aquí pueden ver a quienes estuvieron conmigo y conmigo soñaron el reencuentro. Están quienes supieron de cada risa y cada lágrima que me nació mientras me asomaba al mediodía del andar junto a quienes hoy me acompañan para siempre y de quienes tengo su nombre grabado en mi pecho y en mi alma.

Aquí están y para mi se veían iguales de hermosos y radiantes; de envidiables y puros... ellos son y no me los merezco, pero me los gané en la rifa del quién vive, en el bingo del "ahora es tu turno", en la carrera del "que bueno que llegaste".

No es necesario decir que los abracé y las abracé como si fueran mi hija o mi madre y que me fui de ellos, como aquella tarde de verano en que comencé a devolverle a la vida las felicidades prestadas mientras reí con todos estos.

miércoles, octubre 01, 2008

Preguntas tontas en la cocina

En estos días me tomo la noche libre y le pregunto cosas tontas a las paredes de mi pieza y de mi casa. La cocina tiene un cáncer terminal que la hace ver pálida y sabia al mismo tiempo. Yo camino más lento por estos días que me miran y se ríen de mí. Camino fijándome en las miradas y en el sonido de los pasos y ya no presto atención a las líneas de las baldosas ni me interesan la tierra o el pasto.
Entonces te apareces tú y me suspendes el llanto y le das vacaciones a los ladridos, mientras la cocina recupera su temple y la pieza comienza a responder mis preguntas.
En estos días, me acuesto mas tarde, me levanto mas muerto, me encuentro mas niño y me desmayo con tu voz que se aparece en la pantalla y en estos días me detengo vibrando con la voz de tus manos que me llaman desde el cielo o desde alguna parte que no logro alcanzar todavía, probablemente desde mi niñez que me llora tu ausencia.
Apareces de pronto y me explicas tu nombre de niña, tu voz de ciruelas y, para que amarte no sea tan fácil, me muestras tus males y tus malgenios.
Apareces y no pides permiso y entras a la cocina y le limpias los platos. Apareces recorriéndolo todo, el dolor, la alegría, el miedo y la poesía.
Todavía estos días tienen el sabor que le diste cierta noche a las palabras y yo sigo buscando en la memoria lo que quiera devolverme mientras escribo tu nombre y espero sentado en el viento cuando aparezcas en otro cielo de estos días.