jueves, octubre 19, 2006

Me dormi en una tarde y desperté pensando en lo que te había dicho


Que la vida tenga sentido
que se dibuje en las paredes
Y que la muerda la plegaria

Y que los dibujos que se ven
desde tu cortina
Dejen de asustarte tanto como
te asusta mi voz y mi llanto

Y que camines un poco mas allá
De donde lo hiciste hoy
Para que me cuentes
la historia de lo imposible
de lo que no conozco
De lo que alimenta nuestra vida

Y que haya silencio
Y momentos de estar desnudos
para poder vernos
y reconocernos los ombligos

y que haya sonrisas
(ruidosas como la tuya)
para que no me olvide
para que no me duerma

Y que cuando la voz delgada
de mi futuro convertido en niño
me pregunte por las preguntas
y no me deje ofrecerle tibiezas
yo pueda mirarlo y abrazarlo
y decirle que no todo se ha muerto
que quedan los pedazos de una
naranja
con olor a naranja

que todavía el viento despeina,
que el agua se escurre por entre todo el cuerpo
y que los manteles adornan las mesas
cuando el mediodía despierta los apetitos

que hay nombres que le recordarán
una calle vestida de vientos y de alamedas
o le permitirán caminar por una tierra
celeste y por un vestido verde

eso... eso

1 comentario:

Lorena Arnery dijo...

...se te extrañaba...