miércoles, enero 17, 2007

Mi Fantasma

Te has juntado con mi fantasma?....
Me imaginaba esa respuesta. Y como además de mentiroso soy previsor, había pensado en un par de sugerencias para que reconozcas el paso de mi fantasma, que seguro no lo viste porque además de delgado y silencioso como yo, es transparente como el agua.
Lo primero que debo contarte es que mi aparición no tiene hábitos, o mejor dicho los tiene, pero son muy malos.
En general no se sienta a comer a la mesa, por eso cuando estés sola sentada tomando tu desayuno, seguramente él estará de pié en el umbral de tu pieza o junto al lavaplatos, mirándote (que es su principal pasatiempo), con una taza de café en una mano y un cigarrillo en la otra,
Se perfectamente que en ese momento no debes hablarle ni invitarlo a sentarse junto a ti porque entonces va a tratar de disimular que te estaba mirando y se pondrá a correr como un niño asustado, atravesando muros muebles y arbustos. Es preferible, si quieres ser amable, dedicarle una de esas sonrisas que tú sabes dedicar a los que logramos verte.
Cuando se siente alegre por la forma en que amanece o por los olores que tiene una casa o la calle, comienza a jugar y a hacer bromas con las personas, con los animales y con los árboles.
Seguramente ahora podrás explicarte aquella vez en que sentiste que tu pelo lo tomaba el viento o cuando se perdió tu lápiz y la hoja y el informe o cuando el vaso de vino tenía la mitad de lo que sabías que tenía. Apuesto lo que quieras que cuando eso pasó él estaba en una esquina conteniendo la risa con una mano en la boca y la otra en su rodilla.
Eso es lo que más disfruta, tu cara de pregunta cuando las cosas se te pierden. Como cuando se te perdió el bus ¿te acuerdas?.
Claro que mi fantasma tiene días de tristeza, como cuando no estás sola en tu casa y a él se le suben los celos por los andrajos.
Esa no es la única vez que él está triste, ni siquiera es la más importante. La tristeza de verdad le viene cuando descubre tu tristeza y quiere dejar de ser fantasma para poder acurrucarte. Entonces no puede dejar de llorar con ese llanto silencioso que tienen las apariciones. Y así es como tú puedes explicarte el calor que comienzas a sentir de pronto cuando estás triste. De eso no hay ninguna duda, mi fantasma está abrazándote.
Cuando eso pase quiero pedirte que lo trates bien y le ofrezcas una sonrisa perfecta como esas que tú tienes y que alguna vez yo vi pasar por mis ojos.

Algún día puede que yo deje de pensar en ti, o no te vea por mucho tiempo y este amor cobarde que te tengo se vuelva delgado como mi fantasma.
Aún así estoy seguro que él seguirá jugando contigo en las alegrías y llorando contigo tus tristezas y sus tristezas.

Trátalo bien, te lo encargo

4 comentarios:

Lorena Arnery dijo...

...puedo imaginar a tu fantasma con una mano en la boca y la otra en su rodilla... besos...

Copiapó en Cleta dijo...

.

Ese Fantasma trabaja a Honorarios ?
Tendría algunos pitutitos, para que sea el guardian de algunas personas...


=)

Saludos !


.

Anónimo dijo...

Dichosa la persona que goza de tu protección. No todas tenemos quien nos acoga en el dolor y la soledad.

Vestal dijo...

Juan Ma...
Pasaba a saludarte...ahora que me estoy metiendo a de a poco en este intrigante y deslumbrante mundo bloguero.
Por estos dias te leere con calma.
Espero que te acuerdes de mi, de tu colega de la V región... Area laboral uff.
No tienes la direccion del blog del alfonso campos de la primera región?
bueno
un abrazo

Paola